sábado, 29 de octubre de 2016

Los paradigmas son poderosos porque crean los cristales o las lentes a través de los cuales vemos el mundo. El poder de un cambio de paradigma es el poder esencial de un cambio considerable, ya se trate de un proceso instantáneo o lento y pausado.

Stephen Covey (1989).

martes, 25 de octubre de 2016

UNIVERSIDAD FERMIN TORO
VICE-RECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
MAESTRÍA EN GERENCIA EMPRESARIAL







PARADIGMAS EN LA MODERNIDAD Y POSTMODERNIDAD
                                                                             






                                                                                       Autores: Calles, Henry.
Martínez, Joanna.
Primera, Alix.
                                                                                                                                                  Profesora: Dra. Marialberth Medina.
                                                                                                                                      Catedra: Desarrollo Gerencial y Liderazgo.

 


                                                                                 


CABUDARE, OCTUBRE DE 2016





Kuhn (1981) expone que un paradigma “es un conjunto de relaciones científicas universalmente reconocidas que durante cierto tiempo proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica”, por su parte Padrón

(2005) se refiere a “cada una de las conquistas de conocimiento científico que se iban imponiendo con el tiempo y que, como si fueran modas u ondas artísticas, comenzaban por desplazar a las tendencias vigentes; siempre dentro de un mismo esquema estructural que él propondría como explicación a las revoluciones científicas”.

Tal como lo expresan ambos autores es un cambio de las ideas y creencias que prevalecieron durante cierto y orientaron las conductas y acciones de las personas por un tiempo determinado, es así como durante el desarrollo de la historia de la humanidad se encuentra constituida por la cosmovisión, que consiste en una perspectiva teórica que la divide en periodos de tiempo caracterizados por paradigmas que reflejan las ideologías y formas de resolver los hechos y acontecimientos.

Cosmovisión:
Originalmente, el término cosmovisión proviene del alemán Weltanschauung, formado por otros dos términos: Welt, que es mundo y anschauen, que significa observar o mirar. Fue introducido por el filósofo Wilhelm Dilthey en su libro “Introducción a las Ciencias Humanas”, entre finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Él sostenía que la experiencia de cada ser tenía su origen en el conjunto de principios y valores que tenía la sociedad en donde se formó. También afirmaba que todas las relaciones, sensaciones y emociones que habían sido experimentadas en ese mismo ambiente iban a determinar en un futuro la cosmovisión individual de esa persona.
Dilthey propone tres tipos de Weltanschauung:
  1. Primero el naturalismo, en donde el ser humano se puede ver a sí mismo como un objeto que la naturaleza determina.
  2. Por otro lado, está el idealismo de la libertad, donde el ser humano es consciente de que está separado de la naturaleza por su libre albedrío.
  3. Por último, está el idealismo objetivo, en donde el ser humano toma consciencia de su armonía con la naturaleza.
Ésta está compuesta por distintas percepciones, conceptualizaciones y valoraciones que un individuo hace o tiene sobre su entorno. A partir de las cosmovisiones, cada individuo interpreta el contexto en el que está inserto. Es también a partir de ella que van a elaborar sus propias definiciones de las cuestiones diarias de todo ser humano, sobre términos como “ayuda”, “política”, “familia”, entre otras. Podemos decir que la cosmovisión, entonces, es integral y general.



Modernidad y postmodernidad:
Los periodos de la modernidad y postmodernidad pueden resultar de lo más complejo debido a que es muy incierto ser cronológicamente su separación in embargo, si partimos de la idea de que como artistas estamos viviendo en un momento de manifestaciones artísticas postmodernas y por consecuencia estamos en un período postmoderno, y a esto le sumamos nuestro interés por la docencia, es pertinente cuestionarnos qué significa ello.

Por esa razón el interés será abordar modernidad-postmodernidad como paradigmas y no únicamente como etapas en el desarrollo de la historia, ni cómo estéticas, si no la suma de todo ello, es decir, desde una perspectiva interdisciplinar donde tomamos herramientas de la historia, corrientes filosóficas y manifestaciones artísticas, es cómo podemos abordar para poder ubicar lo que implica el paradigma moderno y el paradigma postmoderno.

Remontémonos al siglo XV, en donde en términos generales se ubica el inicio de la modernidad. Lo interesante también es cuestionarnos ¿quién o qué ubica a la modernidad en el siglo XV? La respuesta es sencilla: La filosofía y la historia del pensamiento occidental, que es el que va a permear hasta nuestros días por la colonización de América y por el desarrollo económico, entre otras razones.

A finales del Medievo, existía una fuerte disputa de poder entre el clero y la aristocracia. El clero por su parte tenía el “poder” del conocimiento. A través de la escolástica, se valieron del método aristotélico heredado de la filosofía greco-romana, para afirmar la existencia de Dios quien a su vez posee la verdad absoluta, la perfección. Fe y razón eran los temas en discusión dentro de la Escolástica. Sin embargo la razón siempre estuvo supeditada a la fe, lo más que logró la razón fue en una segunda etapa del medievo, donde llegó al acuerdo de que fe y razón son lo mismo y pertenecen a Dios y esto se comprobaba a través del silogismo, como una forma de expresar el resultado de la razón, surgido del pensamiento aristotélico que desarrolla la lógica  deductiva. La razón poco a poco tomará el cuerpo de la filosofía y en la tercera etapa del medievo, la filosofía y la fe comienzan a disputarse el conocimiento de la verdad.

Por otra parte, el medievo no solamente es esta parte obscura que nos plantea la modernidad. Durante la época medieval se realizaron muchos avances que después sería nombrados científicos. Un dato importante a recordar, es que durante ésta época ciencia y magia, arte y artesanía, incluso cuerpo y mente (porque fe y razón recaían en dios, es decir en un solo cuerpo), estaban unidos.

Pero retomemos el dato de que la aristocracia y el clero se disputaban cada vez más el poder socioeconómico de la época. Los artistas-artesanos trabajaban por encargo y los “estudiosos de la razón”  cada vez avanzaban más en sus estudios y descubrimientos. Un ejemplo de ello es el siglo XVI, cuando Nicolás Copérnico formula la teoría heliocéntrica, en donde afirma el movimiento de traslación de la Tierra. Este descubrimiento fue significativo, porque marca un momento en donde “la verdad” le comienza a pertenecer a la razón y ya no a la fe. El estudio de la razón marcaría el comienzo de “la ciencia”, la verdad ahora pertenecería a la ciencia, eso quiere decir que la verdad dejaría de pertenecer a Dios para pertenecer al Hombre. Por lo tanto el hombre se convertiría en el centro del universo a través del conocimiento. Es así como el cuerpo y la mente comenzarían a separarse y a su vez el hombre se separa de la naturaleza para “dominarla”, dominando el cuerpo a través de la razón.

Un ejemplo de filosofía, sería el pensamiento de René Descartes, que va a influir en todo el siglo XVII. El hablaría a través de su teoría del “Animal-Máquina”, en donde establece una lógica de pensamiento dual, donde contrapone al “Alma” como sinónimo de pensamiento y al “Cuerpo” como una simple extensión del mismo. Por lo que según el, los animales son máquinas, porque son cuerpos sin alma, sin pensamiento.

De ahí que el animal o sea la naturaleza, son inferiores y por eso pueden ser dominados por el hombre a través del conocimiento. Es por eso que el pensamiento comienza a dominar la emoción, poco a poco se convertirá en la objetividad sobre la subjetividad. Comienza la conocida “Era de la Razón”.

Así tenemos que en la modernidad comenzará con la fragmentación del conocimiento, de la relación del hombre con la naturaleza e incluso del hombre mismo. De esta manera van surgir y se van a “inventar” los conceptos de “Ciencia” y “Arte”. A la ciencia la va a apoyar el “método científico” que exige la comprobación y el Arte por su parte, estará justificado por la estética.

La historia marca el fin de la era Medieval a mediados del siglo XV y el inicio de la era moderna a finales del mismo. Sin embargo cuando nos referimos al paradigma moderno, estamos hablando de un conjunto de elementos, sucesos y pensamientos que van a caracterizar un período que comprende más de cuatro siglos. Por lo que como cualquier suceso y cambio de era en la historia, sucederá paulatinamente, no es un cambio brusco e impuesto, sino un cambio que se fue dando a la par de los cambios sociales, políticos, y económicos de la época.

Es por ello que la historia del arte, nos marca el inicio del mismo a finales del siglo XV y principios del XVI con la llegada del Renacimiento, sin embargo la idea de arte del siglo XVI dista mucho de la moderna idea de  “Las Bellas Artes” que conocemos en nuestros días y que apareció hasta el siglo XVIII con la llegada del Romanticismo.

Entre los siglos XV y XVII, aún prevalecía la relación artista-artesano, ya que se usaba la misma figura para designar aquellas personas encargadas de elaborar las pinturas y esculturas que adornarían los espacios de la nobleza y de la burguesía que cada vez tomaba un lugar más importante en la sociedad, lo mismo que contrataban a gente para que deleitara con música y danza sus festejos.

Figuras como la diferencia entre compositor e intérprete aún no existían, la idea de originalidad tampoco porque los artistas-artesanos trabajaban en sus talleres y en grupo, no era una sola persona la que realizaba “el encargo”.  Tampoco existía la idea de autonomía, puesto que eran trabajadores como cualquier otro dentro de la sociedad y por lo tanto dependían de los encargos que les hiciesen.

Claro que en el siglo XVII empiezan a suceder cambios significativos en la imagen del artista, pero no es nada suelto, corresponde al factor económico del mecenazgo. Los artesanos-artistas poco a poco comenzaron a ser gente que convivía con la nobleza y con la burguesía. Con este factor comenzarían a verse las actividades como la pintura, la escultura, el teatro, la música y posteriormente la danza, como actividades de gente noble y poco a poco los artesanos-artistas fueron “mejorando” su estatus social. Hasta llegar al siglo XVIII donde nuevamente un cambio económico va a ser sustancial en la nueva idea de Arte.

Con la paulatina caída de los imperios nobles y el ascenso social de las clases medias, se termina el mecenazgo y comienza el mercado del arte con la creación de instituciones como el museo, la sala de conciertos, los derechos de autor y la academia. Esto sucedió a la par del éxito alcanzado por las ciencias, apoyadas y sumadas al desarrollo de ideas propias de la ilustración, los principios humanistas y posteriormente positivistas. De esta forma el conocimiento fue dividido paulatinamente dividiéndolo en tres facultades generales, siendo éstas la “memoria”  a la cual le va a corresponder la “historia”, la segunda sería la “Razón” tan mencionada desde el medievo y a la cual le corresponde la “filosofía” de la que a su vez se derivarán las ciencias y a la facultad de la “imaginación” le va a corresponder la poesía que daría paso a las “Bellas Artes”.

Es así como las incipientes artes liberales del medievo, que paulatinamente fueron cambiando a “artes nobles” o “artes elevadas”, hacia el año de 1750 adquirieron la categoría de “Bellas Artes” apoyándose en los términos de estética y belleza. Entonces ya se puede hablar de la “romántica” idea de Arte y Artista que conocemos hoy en día.

Con la institucionalización de la Ciencia y el Arte y con el capital como modelo económico emergente, podemos hablar de la modernidad como paradigma, al cual le corresponde la idea de universalidad en el gusto y el conocimiento, la división del conocimiento, la idea del hombre que domina a la naturaleza a través de la razón, la razón por encima del sentimiento, por lo tanto la valoración de la objetividad sobre la subjetividad.

Ya en el siglo XIX con la Revolución Industrial, se sumarían la idea de “Progreso” y el valor a lo “Nuevo”. Estas nuevas ideas repercutirán a la humanidad en lo social, lo económico y desarrollo de pensamientos y manifestaciones artísticas y culturales. Es por ello que hablamos de paradigma y no de un simple cambio de estética o división histórica, porque nos referimos al modelo en su conjunto.

Según los historiadores, la edad moderna termina en el siglo XVIII y en el siglo XIX comienza la era Contemporánea. Por eso es preciso hablar en términos de paradigma y no simplemente de épocas marcadas por un período histórico, ya que todo lo que implica el modelo moderno  va a permear todo el siglo XIX y hasta parte del XX.

A la par de la era industrial que comienza en el siglo XIX, los conflictos políticos entre las naciones se agudizan y las primeras décadas del siglo XX estarán marcadas por las guerras, y los grandes avances del hombre en la ciencia, se harán presentes con el uso de las armas nucleares en la Segunda Guerra Mundial. Es así como la ciencia que significaba el dominio del hombre sobre la naturaleza sumados con la idea de progreso y evolución, se convierten en la gran paradoja del desarrollo de la humanidad: el hombre se destruye a sí mismo.

Fredric Jameson en su libro “El Giro Cultural”, ubica junto a filósofos marxistas y no marxistas, historiadores y algunos artistas, el inicio de la Postmodernidad después de la Segunda Guerra Mundial, porque después de la destrucción masiva, vinieron muchos cuestionamientos que invitaban a una reestructuración social y del pensamiento que caracterizaba a la modernidad.

En materia de arte, este cambio se vio reflejado con las propuestas de vanguardia, que fueron la antesala a las manifestaciones artísticas postmodernas que comenzaron en los sesentas, como nos habla de ello Jean François Lyotard en “La Condición Postmoderna”.Así la primera mitad del siglo XX, además de estar marcada por las guerras y sus posteriores revoluciones, se generó corrientes de pensamiento y manifestaciones artísticas que influirían en la llamada era del postmodernismo.

La Teoría del psicoanálisis de Sigmund Freud, la visión epistemológica de Claude Levi-Strauss, los estudios de semiología de Ferdinand Saussure y los de semiótica de Charles Sanders Peirce, el existencialismo de Jean Paul Sartre o los estudios hermenéuticos de Heidegger , sumados a las corrientes de vanguardia que querían romper con al academicismo y con la idea de lo “bello” como el expresionismo, el cubismo, el arte abstracto, y de crítica política y social como constructivismo, el dadaísmo y el surrealismo, van a ser consideradas la última brecha de la modernidad en el sentido de “Estética” y “estructura”, y a su vez van a abrir el paso al paradigma de la postmodernidad, que se comenzara a manifestar en los años sesentas.

El modelo o paradigma postmoderno, implica una restructuración de elementos y conceptos dados en la modernidad, es decir, que algunos rasgos que antes eran subordinados, ahora pasarían a ser dominantes y viceversa, algunos que eran dominantes quedan en segundo plano. Es por ello que más que definir a la postmodernidad por sus características, la podemos abordar por las rupturas que supone.

Si la modernidad apostaba a lo “nuevo” y a la idea de “progreso”, ahora esos son temas secundarios que no determinan en lo absoluto la producción artística, la distancia entre el “arte” y lo cotidiano, queda rebasada por la relación entre la producción cultural y la vida social, es por eso que arte y artesanía no tienen por qué estar separados, por lo tanto el arte se suma a la cultura popular.

Desaparece la división entre “cultura superior “y “cultura de masas”, ahora se busca la conexión con la sociedad. Se apuesta por la desaparición de “formas” e instituciones establecidas como la universidad, museos, academia y otros modelos canónicos que dictaban posturas universales.

De la misma manera, pensamientos que influyen en la actualidad como son los de Jean François Lyotard, Michel Foucault, Gilles Deleuze o Jacques Derrida (por mencionar algunos), ya no pueden ser encasillados únicamente a la disciplina de la filosofía, porque la política, los estudios sociales, la fenomenología, la semiótica, la epistemología y la antropología (entre muchas otras disciplinas del conocimiento), quedan mezcladas y conectadas en los pensamientos de éstos y muchos autores contemporáneos.

De la misma manera como se rompió con la representación en la pintura desde finales del siglo XIX, se rompe con el discurso narrativo, con la lógica lineal y con la hegemonía de las ramas del conocimiento. Ahora se plantea una lógica horizontal del conocimiento, en donde tienen cabida todas las conexiones posibles de conocimientos, rompiendo así la división entre subjetividad y objetividad, cuerpo y pensamiento, ciencia y arte, es decir la postmodernidad es representada por la interdisciplina.


Modernidad y Posmodernidad (Dimensión Epistemologica)


 El desarrollo social  y los cambios de pensamiento a través de la historia han generado  nuevas realidades y nuevas formas de ver, interpretar  y explicar las mismas.  Esto  ha permitido la aparición de diferentes paradigmas, los cuales  asumen una visión del mundo, de los fenómenos naturales o sociales ajustada a sus parámetros de verdad, conocimiento, ciencia.  En este sentido, la humanidad  pasó  de la explicación divina, esotérica, cósmico de los fenómenos naturales y sociales,  a la explicación  racional, instrumental y formal, expresada por el pensamiento Cartesiano; y de esta última  a  una explicación basada en la  racionalidad dialógica.  Surgiendo, con ello la modernidad y la posmodernidad, paradigmas  que se han correspondido con su momento histórico.


MODERNIDAD:



Desde el siglo XV los científicos  que convivían con la filosofía, la astrología, la metafísica, lo esotérico, iniciaron una lucha contra el predominio del principio teológico, que constituía el orden feudal, a fin de constituir una única vía de explicación de la realidad natural y social, la ciencia. En consecuencia a partir del siglo XVIII,  los científicos  buscaban desde la racionalidad,  con conceptos y  teorías específicas,  dar respuesta a la realidad, excluyendo lo religioso, esotérico, cósmico y el azar del origen y de la interpretación de los fenómenos, emergiendo con ello un nuevo paradigma, la ciencia como verdad absoluta. Desde la racionalidad se le empezó a dar respuesta a los fenómenos naturales y sociales.
La ciencia moderna, como única fuente de la verdad fue asumida por intelectuales de la época entre ellos Descarte, para quien la esencia del razonamiento y la demostración teórica era la razón pura y  la objetividad era la garantía de la aplicación del método científico. Este racionalismo se fundamentó en las matemáticas. Delimitando como objetos o problemas de la ciencia las dimensiones cuantificables de la realidad, todo aquello que se pudiera medir, pesar, cuantificar.

Sin embargo, surge un nuevo planteamiento propuesto por Bacon: el empirista.  Este nuevo enfoque estableció que el origen del conocimiento estaba en la experiencia del investigador y la esencia última del conocimiento estaba en el objeto de estudio, por ello el método científico debería ser el inductivo, oponiéndose  en parte al enfoque racionalista quien le daba preferencia a la observación y a la experimentación. Galileo complemento ambos criterios, al introducir  en la ciencia moderna el criterio de la razón experimental integrada con el fundamento matemático de la medición de la realidad.
En ambos enfoques, el racionalista y el empirista, se excluye la subjetividad, adoptándose lo racional y objetivo. De esta manera emergió un nuevo concepto de la ciencia, de la realidad, de la vida y del universo. Esta nueva concepción de la ciencia es consolidada por científicos como Kant,  Hegel y Newton, este último concretó la visión de la realidad como una gran máquina, compuesta por piezas, asemejándola en su perfección al reloj. Igualmente, Darwin con su teoría evolucionista contribuyó a la consolidación de la modernidad al descartar el origen divino del hombre.
En la modernidad, se considera al conocimiento científico como el más acabado  y valedero producto del intelecto humano. Este conocimiento se caracteriza por: la racionalidad formal, la cuantificación, la objetividad, la sistematicidad, la generalidad, la falibilidad y la verificabilidad.


Dentro de los paradigmas que caracterizan este periodo en el ámbito gerencial se encuentran los siguientes enfoques que se fueron desarrollando paulatinamente:
Mecanicismo: representado por las leyes deterministas de movimiento de Newton, que se caracteriza por el hecho que toda causa tiene un efecto. La visión reduccionista –mecanicista aborda aborda los elementos desde el punto de vista que todo fenómeno o hecho se puede dividir en partes pequeñas que son independientes de las demás, para ser estudiadas de forma aislada y de esta forma explicar su comportamiento. El enfoque mecanicista se desarrollo en las organizaciones en los principios de la especialización del trabajador, la división del trabajo, la estructuración de los cargos, la jerarquía y la adecuación de los medios a los fines.
Orgánico: Posteriormente en el siglo XX surge un enfoque interdisciplinario que deja atrás la segmentación de los hechos y la visión de las distintas ciencias, es decir, va en contra del mecanicismo. Este se enfoque en ideas como la teología, la síntesis y el expansionismo. Aunado al auge tecnológico que se inicio en la época y el inicio de la globalización se presentan cambios radicales en la estructura organizacional, ya no en base a la jerarquización sino del trabajo en equipo y en red, lo que permitió una flexibilización en los procesos comunicacionales y de toma de decisiones.
En cuanto a la importancia de las personas en comparación al enfoque anterior que era considerado un apéndice de la máquina de trabajo, se les da una mayor relevancia y protagonismo, donde importan su bienestar individual y grupal.
Transorgánico: esta visión se enfoca en los aspectos intangibles, es decir, lo cualitativo, por lo que resalta la importancia de factores como la motivación y la ética.
Bioética: se centra en la preocupación por la existencia del hombre y sus acciones irresponsables  con su entorno, se enfoca en la dignidad humana en cuanto a valores y derechos humanos.
ncia y protagonismo, donde importan su bienestar individual y grupal.

Bioética: se centra en la preocupación por la existencia del hombre y sus acciones irresponsables  con su entorno, se enfoca en la dignidad humana en cuanto a valores y derechos humanos.

Llamamos modernidad, en cada momento histórico,
Al esfuerzo de obligar a pensar en esta aspiración.
Ello significa que cada generación tiene su propia modernidad.
En cada generación hay ideologías que, en nombre de intereses creados,
Trabajan para crear un oscurantismo en torno a la aspiración de 
una sociedad cultural unida, que
Seria una gran fuerza para una sociedad creadora y emancipada, 
y de la cual no podemos ni llegar a concebir cuanto humanismo generaría.


MATTA, 1973.



POST-MODERNIDAD:

A finales del siglo XIX, comenzó un movimiento, en el campo de la física y la matemática, orientado al conocimiento aproximado o verosímil, frente a la certeza absoluta de la ciencia. Este movimiento se consolido, en el  siglo XX, con la constitución de la Teoría de la Relatividad de Einstein, con la teoría cuántica de Bohm  y con la teoría o principio de la incertidumbre de Heisemberg. Einstein terminó con el paradigma mecanicista de Newton al demostrar que el tiempo y el espacio no son lineales, que el movimiento de un objeto tiene que explicarse según el contexto de referencia y la posición que ejerza el observador. Por su parte la mecánica cuántica demostró que no hay certezas sino probabilidades.
Surge entonces, a partir de estos hechos, un nuevo tipo de pensamiento, un nuevo paradigma, la postmodernidad. Este nuevo paradigma, reconoce la imposibilidad de la verificación exacta y de la separación entre el observador y lo observado, convirtiendo las relaciones entre los sujetos en una comunicación intersubjetiva de la cual dependerán las relaciones con lo observado y los criterios de verdad aceptados por el grupo.
En este sentido,  la postmodernidad se fundamenta en  la utilización de los lenguajes y en la estructura de redes de la comunicación de los mismos,  lo que implica una transformación del concepto de ciencia y de saber. En consecuencia, el conocimiento científico postmoderno se caracteriza por: la subjetividad, la flexibilidad, la particularidad, el sustento en la razón dialógica, verdad cualitativa y condición holística.

BIBLIOGRÁFIA

Linares C, Radamés.  Posmodernidad e Información.  Departamento de Bibliotecología y Ciencia de la Información.  Facultad de Comunicación- Universidad de la Habana. [Documento en línea]. Disponible en:http://www.bibliociencias.cu/gsdl/collect/eventos/index/assoc/HASH018d.dir/doc.pdf

Rivas, Elizabeth (2011). MODERNIDAD Y POSTMODERNIDAD. Trabajo de ascenso para titular. Universidad de Oriente. Núcleo de Monagas.

HERRERA, Nireibi LOZADA Gladys . La Modernidad en la Obra de Roberto Matta y Wifredo Lam. Trabajo de grado para optar a la Licenciatura en Artes en la UCV. Caracas 1996.

"Modernidad versus postmodernidad" en Josep Picó. Proceso de la razón. Debats, 14 – 40. Citado por Luis Brito García en El imperio contracultural: Del rock a la postmodernidad. 2ª ed. Venezuela, Editorial Nueva Sociedad, 1994. 245 pp.